Nuestro grupo ya se siente que Santa Lucía será un hogar buenísimo por cuatro meses. Sabemos dónde está el parque central, la laguna, un café favorito, y una vista bonita que se llama el mirador. Durante la noche especialmente, las luces de Tegucigalpa en la Valle debajo son muy brillantes y bonitas. La primera noche, caminamos por la ciudad con nuestras familias, y ellas destacaron estas cosas con orgullo. Todas las familias dicen que todos de Tegucigalpa desean vivir en Santa Lucía, y entendemos por qué.
Santa Lucía es un pueblo pequeño y tranquilo, ubicado 30 minutos en carro, subiendo las montañas. Las calles están hechas de adoquín, y todos se conocen. Ya cuando andamos, decimos hola a nuestras familias y otros gringos.
Nuestros primeros días aquí, paseamos en Tegucigalpa y vimos la Universidad Pedagógica dónde tomaremos clases, el centro comercial al otro lado de la calle de la Universidad, algunas iglesias famosas, un museo de comunicación, y comimos en un restaurante también. Lentamente, aprendemos que “asada” significa a la parilla, y que “sopa” puede tener piernas de cangrejo que flotan en ella para agregar más sabor. También aprendimos una frase importante: -¡Qué rico!-, que significa: -¡Qué sabroso!-. A estas personas les gusta comer bien.
Nuestra primera semana aquí, las familias tuvieron una fiesta bonita para nosotros, los gringos. Había comida- tacos, pastelitos con carne, tuti fruti, pastel de tres leches. Entonces nos sorprendieron con una banda de mariachi que cantó Feliz Cumpleaños de una manera larga, como se hace en Honduras. Había otra fiesta para la mamá de Pablo. Había casi 40 personas, y pudimos conocer a la familia de Pablo y a sus amigos de la Universidad. La fiesta tenía una piñata, una banda, y mucha comida. Por seguro, celebran de manera más grande que nosotros, dando gracias a Dios por una vida llena de amor.
Recientemente durante nuestro tiempo libre, hemos gozado de nuestro tiempo con amigos locales que conocimos aquí. Jugamos fútbol, miramos fútbol y básquetbol, y pasamos tiempo en un café de un amigo. Esta semana pasada, la Feria de Santa Lucía llenó las calles con vendedores de comida, juegos, y personas de todas partes. Hemos gozado de caminar por la calle y de mirar bailadores, músicos, y artistas.
Sí, tomamos clases. Este enero, alternamos entre una clase de español con Pablo, y una clase de cultura hondureña con Kurt Alan VerBeek. En nuestra clase de español, aprendemos una forma del verbo, vos, que usan los hondureños. Es cómo tú, pero es más común usar vos en Honduras. En nuestra clase de cultura aprendimos 2000 años de historia en una clase- una revista breve. Es útil saber las razones por los problemas que tiene el país, como pobreza, violencia, y corrupción en el gobierno.
Recientemente, nuestra clase fue a una maquila en Tres Valles que produce azúcar. Crece la caña de azúcar, la cosechan, y por un proceso complejo, producen azúcar blanca. ¿Sabía Ud. que el azufre es lo que hace blanco el azúcar? También produce electricidad por quemar lo malo de la caña. La electricidad mantiene la maquila, y hay electricidad extra que se vende a las áreas alrededor de la maquila. El viaje se acabó en la casa de Marvin, un amigo de Kurt, con un almuerzo delicioso de pollo, arroz, ensalada, y limonada fresca.
Estamos emocionados por nuestro viaje de seis días a la Costa del Norte, a un pueblo con playa que se llama Cusuna y por aprender más de la cultura Garífuna que se encuentra por allá.
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